El éxito de un producto o servicio requiere considerar factores como uso, calidad y momento de lanzamiento. Es crucial probar la promesa al cliente y abordar la seguridad y atractivo para un segmento específico del mercado.

La presentación visual y la percepción del mercado son cruciales para un producto. Elementos como nombre, marca, empaque, imagen, creatividad e innovación facilitan el proceso de venta. Las herramientas promocionales deben adaptarse al sector y segmento específicos.

Determinar el precio de un producto es un equilibrio entre costos de producción y aceptación del mercado. Precios muy altos alejan a los compradores, mientras que precios bajos pueden dificultar la rentabilidad. Se debe considerar la competencia y utilizar modelos como el precio de costo más beneficio o el precio basado en el valor percibido por los consumidores. La promoción del producto implica evaluar comisiones, tarifas, costos de distribución y formas de pago, teniendo en cuenta los costos financieros.

El lugar en el marketing se relaciona con los canales de distribución y cómo el producto llega al mercado. Puede incluir venta digital, directa, a través de terceros, distribución, agencias, entre otros. Dependiendo del negocio, como ventas en eBay, la venta directa al consumidor a través de Internet puede ser la estrategia. Para empresas más grandes, como fabricantes de bienes de consumo, podrían vender productos a mayoristas que luego los distribuirán a tiendas minoristas.

La promoción del producto implica dar a conocer su existencia a los clientes potenciales. La publicidad, a través de medios como televisión, radio, periódicos, revistas e internet, es una estrategia común. La promoción puede tener diversos objetivos, como aumentar la participación en el mercado, mejorar la imagen de la marca o introducir nuevos productos. Una promoción efectiva genera la necesidad o el deseo del producto, lo que eventualmente conduce a un aumento en las ventas.